jueves, 19 de junio de 2014

SER FELICES EN EL AMOR

Es difícil definir la Felicidad. Es algo muy personal. Para algunos es poco frecuente y solo ocurre en circunstancias extraordinarias. Por el contrario, yo me siento feliz con las pequeñas cosas como: Compartir con mis hijos, familia y amigos, tomar fotos de amaneceres, atardeceres,  y todo lo que hay de hermoso en la naturaleza, escribir, una buena charla con alguien inteligente que me aporte nuevos aprendizajes, visitar museos, viajar, un abrazo, un beso. Debido a que somos únicos, lo que a una persona lo hace feliz, en otra puede tener el efecto contrario.
La Felicidad en el amor va más allá de la simple tranquilidad y comodidad. No la encontraremos en la búsqueda de placeres transitorios, ni al aceptar la definición que de ella puede hacer el otro. La felicidad de los enamorados nace de ellos mismos gracias a sus esfuerzos pacientes y deliberados.
Frecuentemente se define al amor como embriagante, capaz de engañarnos y seducirnos momentáneamente. Con respecto a los placeres duraderos se publica mucho pero se ofrece poco. Esta situación no cambiara mientras se considere la felicidad como una experiencia pasajera. Si deseamos que la felicidad sea algo más que un sentimiento irregular y transitorio, será necesario que nos detengamos y nos comprometamos para lograr nuestra propia felicidad.
Es importante saber que somos capaces de concebir y moldear nuestra propia felicidad. A partir de allí podremos aprender a atraer las cosas que nos hacen felices y conservarlas junto a nosotros, en lugar de esperar sus visitas irregulares.
“Muy frecuentemente nos olvidamos de que la felicidad no llega como resultado de obtener algo que no tenemos, sino al reconocer y apreciar lo que ya tenemos.”